sábado, 15 de enero de 2011

Patricio Sarmiento Reinoso




Destino


Él sabía que le faltaban horas para morir, su indomable carácter, hacía que no demuestre el más mínimo intento de temor en su rostro endurecido, frente a sus captores. Pero en la soledad de su celda, los recuerdos de sus hijos, de su familia, aquella que ya nunca más vería, le hizo ablandar el corazón derruido y cabizbajo, acrecentando el frío de la madrugada, frente al inminente destino. Se imaginó frente al pelotón de fusilamiento, una y otra vez, y cada vez, era diferente la herida, como si la bala no quisiera penetrar dos veces por el mismo agujero rojo, y se imaginaba el rostro, el del antes y el de después: Antes, férreo, sin inmutarse por el dolor. Después, no lo sabía, a lo mejor con un gesto de sangre y desesperación.

Se arrodilló en la tierra de su celda y oró por
primera vez en su vida, sin creer en dios, sino en sus palabras, aquellas que más de una vez fueron pulsadas por su pluma para crear poesía y figuras. Al poeta se le llenan los ojos de lágrimas pues esta vez sería su fin.

Pero de pronto, la sacudida. El pavoroso estruendo, su cuerpo hecho un ovillo en medio de la celda, con sus manos protegiendo la cabeza, los gritos afuera, el temor parecía cortar el frío y la neblina de allá afuera. Cuando todo pasó y se asentó el polvo, miró que en la pared que daba a la calle se había abierto un enorme boquete, un agujero hacia la calle, hacia la libertad. El poeta no tuvo tiempo de agradecerle a dios, ni a la suerte, ni al fuerte sismo que había pasado, solamente agarró su único suéter macilento y salió en feroz estampida, y no paró hasta que su boca expulsó las metáforas que estaba inventando mientras corría: “Será cuando la luna se despida del agua, con su corriente oculta de luz inenarrable.  Soy Libre”.

De esta manera Roque Dalton, se liberó de morir fusilado aquel 3 de mayo de 1965, la noche donde la luna se mezcló con las hojas de un terremoto para que él pueda sombra poesía por unos años más.
En honor a Roque Dalton, poeta que se mantuvo a salvo de la muerte para que naciera más poesía. Finalmente ella lo encontró al borde de una traición…

Letras del Sur/ patriciosarmiento.wordpress.com

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